En un giro inesperado en la política ecuatoriana, el presidente Daniel Noboa ha nombrado a Cynthia Gellibert Mora como vicepresidenta encargada mediante el decreto ejecutivo 494. Este nombramiento se produce tan solo dos días después de que Sariha Moya fuera asignada a ese cargo temporalmente, lo que ha generado gran interés y especulación en la esfera política.
La razón detrás de este rápido cambio en la vicepresidencia se debe a un comunicado de Sariha Moya, quien informó al presidente Noboa sobre un quebranto de salud que le impide continuar con sus funciones y requiere reposo. Esta situación forzó al mandatario a buscar una alternativa para asegurar el funcionamiento estable de su administración.
Cynthia Gellibert, quien se desempeña como secretaria de la Administración Pública, asumirá las responsabilidades de la vicepresidencia hasta el 22 de enero. Este período podría extenderse hasta que Verónica Abad, la vicepresidenta electa, cumpla con la disposición de establecerse en la embajada de Ecuador en Turquía como consejera económica. Abad, quien había solicitado vacaciones, se encuentra actualmente en una situación de ausencia temporal según declaraciones del ministro de Gobierno, José de la Gasca.
Este fin de semana, Verónica Abad sorprendió al publicar un video en redes sociales declarando su intención de asumir la presidencia interina cuando Noboa realice su campaña electoral. Este anuncio añade una nueva capa de complejidad a la coyuntura política ecuatoriana, subrayando el dinamismo y las tensiones actuales en la escena gubernamental.
El decreto de Noboa estipula que Gellibert estará al frente de las funciones vicepresidenciales para asegurar la continuidad del ejecutivo hasta que se resuelva la situación de Abad. La sucesión rápida de decretos, el 492 y el 494, recalca la necesidad de adaptabilidad y rápida reacción ante las contingencias que enfrenta el gobierno actual.
Este suceso subraya la volatilidad y los desafíos organizativos dentro del gobierno de Ecuador, mientras Noboa se esfuerza por mantener la estabilidad política en un contexto de cambios inesperados. La comunidad política y la ciudadanía estarán observando de cerca los próximos pasos de todos los involucrados en esta historia en desarrollo.